sábado, 9 de mayo de 2009


Dos acontecimientos coinciden ocasionalmente y consiguen efectos de luz emocionantes: la lluvia, y el sol del atardecer.

Últimamente, cada vez con más intensidad, mi vista se recrea en lo que antes pasaba por alto. Disfruto como una niña que mira por primera vez a su alrededor y descubre el juego de los sentidos.

Fíjate cuando llueva, sobretodo en verano, y el ambiente huela a humedad y tierra mojada. Disfrútalo.
Y cuando vaya a caer una buena tromba de agua en agosto, una que haya sido muy esperada, siente las primeras gotas golpeando en tu camiseta, Si puedes mojarte: hazlo, déjate de prejuicios y saborea uno de los mayores placeres del verano... yo mientras te haré fotos aprovechando los sugerentes contraluces que provoca un cielo recién llovido y dorado.

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